Los jugadores del Levante EDI dan una nueva muestra de superación durante el confinamiento

“Mamá, en cuanto nos dejen salir a la calle, quiero ir paseando y ver de nuevo el Ciutat de València”, dice Alex a su madre, Lucía. Alex Cabo, de 24 años, es un jugador con discapacidad intelectual por Síndrome de Down y es uno de los 150 componentes del Levante EDI que, como millones de personas en el mundo, ha sido responsable para protegerse, salvar vidas y hacer frente al Covid-19. Lo más seguro es que cuando lea estas líneas, tanto Alex como el resto de sus compañeros hayan pegado ya más de un bocanada de aire fresco en el exterior, estirado bien las piernas y, seguro, cumplida una de sus grandes ilusiones como ver el Ciutat, el que tanto ha echado de menos durante el confinamiento.  

La pandemia producida por el Coronavirus, en efecto, ha alterado la vida de millones de personas quienes, de la noche a la mañana, han visto afectadas sus rutinas diarias y sus relaciones sociales. El confinamiento en los hogares desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo ha puesto a prueba la fortaleza anímica y mental de todos. Si a esto le añadimos el handicap de conciliar estos cambios de rutinas con personas que padecen diversos tipos de discapacidad intelectual -como asperger o autismo, entre otras-, el reto se hace mayor. 

Sin embargo, aunque parezca paradójico, la actitud y respuesta de los jugadores del Levante UD EDI (Escuela para personas con Discapacidad Intelectual), en líneas generales, ha sido muy buena, dando un ejemplo más de superación, adaptándose así al nuevo escenario gracias a su buena disposición psicólogica. De hecho, han sido incluso los padres a quienes más has costado amoldarse a la ‘reclusión’. 

Una buena parte de culpa la tiene el excelente grupo de profesionales del Levante UD EDI, que una vez decretado el estado de alarma y bajo la supervisión de la Dirección del Área Social,  planificó una serie de contenidos para mantener ocupados física y mentalmente a sus jugadores de cara a un largo periodo de confinamiento. Un trabajo que no solo se está llevando a cabo en la escuela de fútbol de Levante UD EDI, sino también en su sección de Tenis de Mesa, así como en las secciones de Levante UD PC para personas con parálisis cerebral, y de Levante UD Masclets de hockey para personas en silla de ruedas eléctrica. Así nos lo detallan Rafael Grilles, coordinador y técnico de la escuela, y Montse de Diego, pedagoga.

Junto al resto de profesionales del Levante UD EDI proyectaron diferentes pautas de control para los 150 jugadores. El contacto telefónico –tanto con padres como con jugadores- ha sido permanente durante este tiempo de encierro forzoso  donde han combinado todo tipo de sesiones telemáticas. “Estamos enviando todo tipo de material de forma graduada: vídeo-consejos con ejercicios de mantenimiento; aeróbicos; sesiones de pilates realizados por una fisioterapeuta; sesiones de yoga a través de youtube, concursos para que interactúen, etc”, apunta Grilles. 

Ejercicios aeróbicos, pilates, yoga, concursos

El equipo humano de Levante EDI estableció la programación de forma variada y organizada para que no se solaparan los contenidos, pues el objetivo no ha sido otro que mantenerlos activos. Como apunta el coordinador de EDI, los ejercicios también iban orientados a “mantenerlos animados mentalmente”. “La segunda semana del confinamiento, por ejemplo, alternamos un día de ejercicios aeróbicos y otro de fuerza; otro día pilates para ganar flexibilidad aunque introdujimos juegos, retos para que se diviertan y concurso con preguntas sobre el club, costumbres de entrenamiento y valores. Retos entre ellos para fomentar la interacción. Se ríen, se divierten, se animan…”, repasa Rafa Grilles, satisfecho por la buena respuesta del grupo.

Por supuesto, la pregunta más repetida de los jugadores (aún sin respuesta) es: “¿Cuándo volveremos a entrenar?”  “Muchos se sorprenderían de la excelente capacidad de sacrificio y comprensión de los jugadores, saben que están haciendo un esfuerzo tremendo, están bien informados y saben que en breve, pisarán (por fin) la calle”, recalca Grilles.

Por su parte, Montse, la pedagoga de la escuela y madre de Moisés, jugador del Levante EDI, admite que si bien globalmente los chicos y chicas llevan “bien” el confinamiento, es cierto que hay muchas patologías de diversidad funcional diferentes. “No es lo mismo el confinamiento para un chico con asperger o autismo, por ejemplo. No obstante, estos niños están acostumbrados a rutinas muy estrictas. En el momento que se quedan en casa con sus familias, con su tablet, sus nuevas rutinas ya establecidas o sus comidas listas, lo asimilan pronto y lo llevan bastante bien”, admite. 

En el caso de Moisés, futbolista con Síndrome X Frágil,  “Echa de menos a los amigos, claro, y a veces siente episodios de tristeza, pero se le pasa pronto en cuanto empieza a hacer actividades o se conecta por multillamadas. Mi hijo, por ejemplo, está en contacto con media docena de compañeros. Todos los días se llaman. Él, Fran, Gilberto…”, apunta. 

“Además de trabajar la psicomotricicad también realizamos actividades lúdicas, de cocina, del área pedagógica e integración social. Hay muchas propuestas preparadas por parte del Levante para que estén permanentemente ocupados Ahora vamos a poner actividades de magia, cosas que no han hecho nunca y podrán hacer desde casa para tenerlos entretenidos y salir un poco más de la rutina.”, avanza Montse, que no oculta que la mayor dificultad en este nuevo escenario social la padecen los jugadores más pequeños, de Iniciación: “Son los que más están sufriendo el confinamiento”, asegura. 

Alex, orgulloso de su padre bombero

No se encuentra en ese ciclo Alex Cabo, jugador con discapacidad intelectual por Síndrome de Down. El padre de Alex pertenece al cuerpo de Bomberos en Requena en labores forestales y tráfico. La madre, Lucía, nos cuenta  las claves de cómo están gestionando el confinamiento con su hijo y cómo lo compaginan con labor del padre, Ventura. 

“Lo tengo tranquilo. Alex es un chaval muy casero. Tiene una gran vinculación con su padre, que es con el suele hacer deporte, pues le anima mucho. Es disciplinado. No sólo hace las actividades que le propone el Levante, también las complementa con otras de internet que realiza con su padre”, dice orgullosa.

Como el resto de futbolistas, Alex tiene muchas ganas de entrenar, pero sobre todo “tiene ganas de salir de casa y ver a sus compañeros de equipo”. Porque al margen del entrenamiento que puede hacer cada día, según apunta Lucía, Alex siente una necesidad tremenda de tener contacto con sus compañeros “para hablar de sus cosas”. Hablan de si empieza la Liga Santander o la Liga Santander Genuine, donde compiten ellos. Aunque un deseo supera al resto. “Está deseando ver el estadio del Ciutat. Me dice: ‘Mamá tengo unas ganas de ir al estadio del Levante… Cuando nos dejen salir vamos a ir paseando a verlo’. No está desesperado. Es un chaval que se sabe contener y es paciente”, subraya.

Alex, que justo antes de declararse el Estado de Alarma había empezado a trabajar en Decathlon, va a tener la suerte de poder celebrar su cumpleaños casi al mismo tiempo en el que las autoridades levanten (por fin) el confinamiento. Su aniversario es el 25 de abril. No será, lamentablemente, como le gustaría, por todo lo grande. Un aspecto que ya ha interiorizado porque en su casa, desde que bien pequeño, nunca le han ocultado la realidad. Ni la suya ni la del mundo donde vive. 

“Engañarle o disfrazarle las cosas, no sirve de mucho. Nunca le ocultamos la verdad. Otra cosa es que se enfade porque él, como todos, quiere a fútbol. Alex ve las noticias y así se da cuenta de que estamos todos confinados, no sólo él ni sus compañeros de equipo. Cuenta los días para su cumple y le gustaría celebrarlo fuera de casa. Sigue teniendo dentro de su realidad, que es un niño. No será el cumpleaños que desearíamos por lo que no puedo crearle falsas ilusiones”, remarca.

Rodrigo (9 años), con autismo, pasea por Massamagrell

Entre las muchas historias que emergen en el Levante EDI destacamos la de Rodrigo Márquez (9 años), que pertenece al grupo de Iniciación. Se trata de un niño con TEA (Trastorno del espectro autista) moderado. La vida cambió para su familia radicalmente por el confinamiento una vez se anunció el Estado de Alarma por el coronavirus. No hay que olvidar que para este tipo de patologías estar enclaustrado en una casa puede suponer todo un drama tanto para quienes padecen autismo como para sus familias. Modificar sus rutinas puede suponer un trastorno, igual que prohibirles un paseo puede derivar en ansiedad o en comportamientos desafiantes, según los expertos. El Gobierno no tardó en hacer una excepción con este colectivo con derecho a salir a la calle con fines terapéuticos, aunque algunos ciudadanos (sin alma), desconociendo las circunstancias, no toleraba que nadie paseara por la calle al principio del encierro. No fue el caso de Rodrigo, vecino de Massamagrell. “Lo lleva bien, entre comillas, porque sabe que el confinamiento es bueno, sobre todo para las personas mayores para evitar así la cadena de transmisiones. Hace el paseo terapéutico diario, cerca de diez minutos. Aquí es menos problemático porque como todos conocen al niño, nunca nos han dicho nada. Sé que a otros padres les han dicho de todo por sacar al niño. A Rodrigo lo conoce la Policía Local y la Guardia Civil. Le dicen: ‘Rodrigo, un ratito, y a casa’. Es un niño que acepta bien la autoridad en todos los sentidos. Tanto en el fútbol, como en casa como en la vida. Para ser un chiquillo de 9 años, se porta bien”, apunta Cristina, su madre.

Rodrigo muestra, pese a arrancar en Iniciación, los mismos deseos que los mayores del Levante EDI. No son otros que volver a vestirse de corto. “Tiene ganas de entrenar, de jugar. ‘Fútbol, fútbol’ repite”, nos cuenta su madre. Ya le queda menos. 

Xavi, persona de alto riesgo, tendrá que esperar 

Con mucha más cautela y extremando las medidas de precaución ha afrontado el confinamiento Xavi de la Hoz (19 años), jugador con discapacidad intelectual por enfermedad rara que lleva confinado desde antes del Estado de Alarma, debido a su débil sistema inmunológico, que le hace ser muy vulnerable al contagio, persona de alto riesgo. “Tiene los pulmones tocados. De vez en cuando le saco a dar una vuelta porque se agobia y como vivimos al lado de la huerta, en Benifararig…”, se sincera Paula, que al igual que su hijo participa activamente en el chat de padres del Levante EDI. “Él participa en todo, en los concursos, ejercicios, vídeo llamadas con un montón de compañeros”, comenta.

Consciente de la realidad que estamos viviendo, Paula incide en que su hijo tiene clarísimo la situación así como el alto riesgo que tendría de contagiarse si no respeta estrictamente las normas marcadas por Sanidad. “Tiene los pulmones tocados. Desea entrenar ya, le apetece ver a sus amigos, ir al estadio, volver a la rutina y ver a gente, no sólo a través del móvil. Le gusta el contacto y quiere ver a sus entrenadores”, dice Paula, auxiliar de enfermería que está de baja por razones obvias. “Ahora ya resulta todo monótono y tenemos miedo, pero por Xavi. Volver a encontrarnos con gente dada su situación. Miedo a lo desconocido porque no sabemos qué medidas habrá que tener. A él hay que protegerlo muchísimo porque su pulmones son muy delicados. No volveremos a la calle hasta que las medidas de seguridad sean muy altas. De hecho, no le dejaré volver a ir al cole hasta que no esté todo bien controlado”, sentencia, con razón, Paula.

Y nadie, probablemente, tendrá más ganas de vestirse de nuevo de azulgrana que Xavi. Mientras, se arma de paciencia sin perder la motivación. El garaje se ha convertido ahora en su campo de entrenamiento. Espera con ganas al fin de semana para jugar al ‘kahoot´, el juego ideado por el club, una especia de trivial, para ver quién sabe más del Levante. Gana el que más aciertos tiene y el más rápido en contestar. 

“Lo que está haciendo el Levante con nuestros chicos es algo espectacular, una pasada. No hay día que no estén pendiente de ellos. Xavi echa de menos el futbol, el contacto con sus amigos. Cuando se vean, se agarrará a ellos como si hubiera pasado una eternidad”, dice emocionada Paula. Ya queda menos. El Levante EDI saldrá mucho más fortalecido de este confinamiento. Una pesadilla de la que todos queremos despertar.